Cuando Callamos Ante la Injusticia (Actualizado)

Ayer leí con horror como en Philladelphia una mujer estaba siendo acosada por otro pasajero en el tren donde viajaba. El hombre no se limitó a molestarla verbalmente, sino que además la estuvo manoseando por un buen tiempo y al final terminó violándola frente a los demás pasajeros que lejos de intervenir y defenderla, optaron por sostener sus celulares en mano para transmitir en vivo el horror que esta jóven vivía. Ni un sólo pasajero impidió el atroz acto. Esto sucedió durante 40 minutos, 27 paradas pasaron hasta que finalmente un empleado del tren, quien ya había salido de trabajar, llamó al 911. La policía arribó en tan sólo 3 minutos. "Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará." Mateo 24:10-12 ¿Acaso no son esos días los que estamos viviendo ahora? Cuando callamos ante la injusticia, somos tan culpables como aquel que realiza el acto injusto en contra de un inocente. Cuando nos negamos a hablar o intervenir, y fallamos a advertir a otros del peligro, o a protegerlos cuando vemos que este están siendo atacado, nos volvemos co-agresores y co-participes de esa injusticia o ataque que otros están cometiendo. Como miembros de esta sociedad, tenemos un deber cívico de alzar la voz y defender lo que es correcto. Tenemos una obligación de denunciar la inmoralidad y salvaguardar al más débil. Como siervos de Dios, tenemos una responsabilidad santa de intervenir cuando la injusticia está prevaleciendo, y de no solo sentir compasión por el que está siendo abusado, sino de salir en su defensa y gritarle al abusador: ¡Alto! y de acudir al lado del que está angustiado y mantenernos firmes hasta este a salvo. Es triste observar en las noticias y las redes sociales que personas son agredidas y hasta golpeadas delante de una fila de espectadores que en lugar de que el instinto protector salte y vayan a detener la agresión, es más fuerte el instinto de agarrar un celular y comenzar a grabar quizá pensando en cuantos "likes" recibiremos. Es inaudito el voltear alrededor y ver que aquellos que con gritos y palos demandan el "derecho" a asesinar a sus propios hijos, mientras nosotros, la iglesia de Cristo, permanecemos callados por miedo a que nos etiqueten como "cierto grupo" político o religioso, o que nos juzguen de intolerantes o nos saquen de su círculo amistoso. Pero, ¿qué nos ha pasado? En menos de 30 años nos hemos vuelto tan insensibles, se nos ha acabado el amor o se ha aumentado el miedo a actuar correctamente y con justicia. Nos hemos vuelto cobardes y condicionados al sistema. Nos cuesta trabajo luchar por lo que es bueno. Tenemos las armas necesarias para hacerlo, la oracion, la Verdad, nuestros pies y nuestra voz, pero qué hacemos? guardamos todo eso en el cajón con tal de no "vernos mal" o parecer fanáticos; mientras tanto, las almas se siguen perdiendo, las mentes de los niños corrompiendo, y las familias pereciendo sin Cristo. Martin Luther King, un Ministro Bautista dijo: "Aquel que acepta la maldad sin protestar contra ella, en realidad está cooperando con ella." ¡Cuán cierta es hoy en dia esta declaración! Podemos seguir caminando en este mundo como si vegetaramos, del trabajo a casa y de casa al trabajo; o disfrutando los placeres de la vida ignorando a aquellos que se beneficiarian con un gesto de humanidad. Podemos seguir pretendiendo que nada sucede, hasta que nos suceda a nosotros o a quienes más amamos; o podemos tomar el desafío y comenzar a nadar contra la corriente diciendo al mundo: ¡No-más! No-más, ignorare al desvalido, no-más, evitaré al hambriento, no-más me quedare callado ante la injusticia, no-más seguiré siendo parte del problema, no-más, continuaré viviendo para mi mismo. " ¡Aprendan a hacer el bien! ¡Busquen la justicia y reprendan al opresor! ¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!" Isaias 1:17

#Injusticia #Indiferencia #FaltaDeCompasion