Entrégate Sin Reservas
- America L Figueroa
- Oct 27, 2021
- 3 min read

Durante el último año y debido al encierro provocado por el covid 19, muchos de nosotros comenzamos a vivir una vida más sedentaria y a ejercitarnos menos. Con el pretexto de no poder salir, tal vez hasta nos acostumbramos a ordenar comida a domicilio por la comodidad de no tener que salir. Hay quienes desarrollaron enfermedades como la diabetes o alta presión, consecuencia de ese nuevo estilo de vida, y habemos quienes aumentaos de peso y ahora buscamos como deshacernos de esas libras de más.
1 Corintios 6:20 nos dice: "glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios." Aunque en este capítulo Pablo pregunta, "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" y lo hace dentro del contexto de guardarnos de la fornicación, es válido también aplicarlo de manera general y cuidar nuestro templo (cuerpo) en todas las áreas, para que así le demos gloria a Dios EN TODO lo que hacemos y CON TODO lo que somos.
La semana pasada asistí a una clase de danza de adoración impartida por mi hija Stephanie. El evento fue promocionado como Zumba de alabanza, por lo cual yo pensé que asistiría a una clase de hacer ejercicios escuchano alabanzas cristianas. Cual cortas de la realidad estaban mis expectativas.
La clase inició con una oración de gratitud y disponiendo nuestros corazones para buscar la presencia de Dios. Luego, comenzó la primera alabanza y durante la introducción Stephanie explicó que lo que ibamos a hacer ahí era más que sólo ejercicio, que ibamos a exaltar la presencia de Dios, a buscarlo en adoración con nuestra danza, y en el proceso, ibamos a ejercitar nuestro cuerpo, que es templo del Espíritu Santo.
Prosiguió a explicarnos el significado de los panderos como instrumento de guerra espiritual, y sobre los diversos sonidos que estos hacen dependiendo el momento u ocasión.
Confieso que en más de una ocasión me sobrecogió el sentimiento al sentir la abrumadora presencia de Dios llenando el lugar en que danzabamos.
Recuerdo que Stephanie dijo: "no se enfoquen tanto en si lo hacen bien o no, enfóquense en adorar a Dios y ministrar a Su presencia. Enónces cerré mis ojos y dejé que mi ser expresara adoración al Él espontáneamente. Por un momento me sumergí en ese momento entre Él y yo, que ya ni escuché las instrucciones que mi hija daba. Aunque fue un lapso muy corto, en ese momento tan íntimo entre Dios y yo no me quedó mas que derrarar lágrimas de gratitud a Él porque Su misericordia sigue siendo nueva cada mañana y sigue extendiéndola a nosotros.
Éxodo 15:20-21 nos relata como María salió a danzar con las mujeres agradeciendo a Dios por haberlos librado del yugo de faraón.

"Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.
21 Y María les respondía: Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; Ha echado en el mar al caballo y al jinete."
Éxodo 15:20-21
David danzó de gozo cuando arribó el Arca de Dios a Jerusalén (2 Samuel 6:12-23) y el relato describe como mientras David danzaba alegre y derramaba su ser ante Jehová, Mical su mujer se avergonzaba de él porque vestía 'efod' y se "exhibía" delante del pueblo. Ella no comprendió que lo que David hacía era exhibicionismo, sino que se estaba entregando a Dios con soltura sin importarle el que dirán, él estaba experimentando un momento íntimo entre él y Dios.
¿Cuántas veces hemos confudido una cosa con otra y hemos cambiado intimidad por religiosidad, o nos hemos contenido de derramar nuestra alma al Señor por temor al que dirán?
Si a Ana le hubiera importado que Elí fuera a pensar que estaba ebria, y por temor a ello no hubiera implorado a Dios por un hijo, quizá su oración nunca hubiese sido contestada (1 Samuel 1:13-18).
Escuché a un pastor decir que es irreverencia hacer danza y ejercicio (zumba) al mismo tiempo. No lo critíco, cada quien su pensamiento, pero estoy segura que si el asistiera a una de esas clases, su pensamiento cambiaría completamente al darse cuenta que no se trata de vanidad ni de uno mismo, sino de dar nuestro todo al Dios vivo, y en el proceso cuidar del templo que Dios nos dió para cuidar de él y glorificarle a Él con él mismo (nuestro cuerpo).
Te animo hoy a que dejes atrás esa vida sedentaria y te sacudas la apatía que el 2020 nos dejó. Te animo a que te levantes y resplandezcas, a que alces tus manos y alabes, y a que le des gloria al Señor con cada fibra de tu ser. Te desafío a buscarlo en intimidad sin importarte el que dirán, y a derramar tu corazón ante Su presencia y a entregarte a Él sin reservas cada día.

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